La tristemente famosa variante de Avilés tiene un historial terrible. Desde su inauguración hace ya más de 18 años, ha sido un asunto catastrófico:
- Discurrir sinuoso y estrecho, accesos peligrosos y sin visibilidad, imposibilidad de adelantar en casi todo su trazado, comienzo a la salida de una autopista.... por una parte.
- Por otra, su trazado parte la ciudad en dos sin concesiones a los criterios de urbanismo: supone una separación entre Avilés norte y sur que se añade a las cicatrices de la autopista y el ferrocarril, agravando la de por sí grave cicatriz del muro de comunicaciones que separa ambas zonas.
Además, las conexiones entre las zonas separadas se caracterizan por su diseño desastroso: puentes sin aceras, pasarelas peatonales imposibles y sin mantenimiento, al borde del abandono... Algunos de estos elementos con sus propias víctimas mortales.
Por si esto fuera poco, la vía tiene un expediente digno de un grupo terrorista: 55 muertos, más de 200 heridos. Algo falla. Siempre se dice que a algunos les hace falta poco para matarse, como para encima facilitarles las cosas, la velocidad máxima ha pasado de 80 km por hora a los 100, como era en el principio.
Y todo esto sin la más mínima atención de nuestras preocupadas autoridades municipales por los ataques que sufre Avilés.
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